Hace poco leí un artículo periodístico sobre
una mujer alemana de 86 años de edad. En él se hace mención de Johanna Quass, una adorable adulta mayor capaz de
realizar gimnasia con tan buena precisión, que si se descartara el aspecto
físico, podríamos estar viendo los movimientos de una joven expresando una
espectacular coordinación motora.
Johanna Quass |
A continuación, un video que dura un minuto donde apreciamos a Johanna en plena actividad gimnástica:
Muchos de nosotros nos quedaríamos sumamente sorprendidos ante tal
evento que, claro está, no nos es común. Sin embargo, por el hecho de no haber tenido la oportunidad de experimentar y disfrutar de sucesos de ésta
índole no significa que no existan. El problema se presenta cuando creemos que
los adultos mayores son incapaces de realizar actividades que “solamente”
podrían ejecutar los jóvenes.
La Real Academia de La Lengua Española (RAE) define la palabra
“Estereotipo” como una imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o
sociedad con carácter inmutable. Valga aclarar entonces que, un estereotipo es
la forma, la manera, cómo nosotros creemos que algo o alguien es. Vivimos en
una sociedad que estereotipa al adulto mayor como una persona deficiente, lenta, olvidadiza, triste e incapaz
de realizar aquellas actividades que aparentemente un sujeto joven lo haría
con mayor eficacia. Pero olvidamos el hecho de que esta forma de pensamiento
sobre nuestros ancianos no siempre es la correcta.
Desde hace aproximadamente 10 años se inició en
Lima un proyecto denominado “Muninet”. Trabajo originado por la Municipalidad
Metropolitana de Lima en alianza con Microsoft y Telefónica del Perú donde se
utilizan contenedores gigantes como aulas de clases de computación, en cada
contenedor pueden caber un aproximado de 15 computadoras. Desde sus inicios
muchos se han graduado con éxito en el programa. Uno de sus egresados es una
mujer de 81 años llamada Carmen Isabel Dominguez quien en el año 2005 obtuvo su
diploma por haber culminado los estudios de computación en el mencionado
programa; ella dijo lo siguiente: “El esfuerzo no tiene edad”.
Estereotipo
Físico: "La mayoría de ancianos padecen de afecciones
físicas".
Existe hoy en día un programa impulsado por el Ministerio de Salud y por numerosos maestros individuales que con ayuda de las respectivas municipalidades brindan los servicios del “Tai chi” en los parques de Lima. El Tai Chi Chuan es una de las ramas tradicionales de Kung Fu interno, y es a la vez la síntesis de las experiencias del pueblo chino en el campo de la salud, el arte marcial y las practicas que desarrollan las potencialidades del ser humano. Éste es un ejercicio físico de meditación y coordinación corporal que trae beneficios no sólo físicos sino mentales en los adultos mayores que lo practican. Actualmente la red de Tai Chi en lima comprende más de 100 parques y 20000 adultos mayores dispuestos a ejercitarse de esta forma sumamente beneficiosa para la salud.
Existe hoy en día un programa impulsado por el Ministerio de Salud y por numerosos maestros individuales que con ayuda de las respectivas municipalidades brindan los servicios del “Tai chi” en los parques de Lima. El Tai Chi Chuan es una de las ramas tradicionales de Kung Fu interno, y es a la vez la síntesis de las experiencias del pueblo chino en el campo de la salud, el arte marcial y las practicas que desarrollan las potencialidades del ser humano. Éste es un ejercicio físico de meditación y coordinación corporal que trae beneficios no sólo físicos sino mentales en los adultos mayores que lo practican. Actualmente la red de Tai Chi en lima comprende más de 100 parques y 20000 adultos mayores dispuestos a ejercitarse de esta forma sumamente beneficiosa para la salud.
Consideremos,
pues, lo siguiente: si el adulto mayor tuviese el trato que merece como ser
humano, no sólo nos sentiríamos bien por todo lo bueno que podríamos hacer
hacia ellos sino que éstos podrían experimentar una vida de calidad, una vida
que necesitan, una vida positiva. Ellos también valen tanto como cualquier ser
humano. Entonces, debemos elaborar programas en beneficio de nuestros abuelos.
He mencionado dos en este blog, existen numerosos más y depende de nosotros
ampliar la gama.
Finalmente, debemos hacernos la siguiente
pregunta: ¿Son nuestros queridos adultos mayores
realmente deficientes, lentos, olvidadizos, tristes e
incapaces? ¡Saquemos nuestras propias conclusiones!